Darwin Passaponti | Primer mártir peronista y poeta trunco

Darwin Passaponti, Juan Manuel talarico, Poesia peronista, puro verso revista

Darwin Passaponti era poeta, sin embargo no escribió más que un puñado de poemas. No tuvo tiempo de más, ni siquiera  llegó a cumplir los 18 años cuando una bala le reventó el cráneo y convirtió cada uno de sus versos no escritos en palomas que huyen de su jaula, en parte de ese misterio trágico que envuelve de un halo mítico a las vidas truncas.

De la unión de Trento Passaponti, un farmacéutico santafecino anarquista, y  Cándida Quiroga, una entrerriana, ferviente católica,  el 1º de noviembre de 1927 nació Darwin, en Zenón Pereyra. Le decían “Tato”. Cuando Darwin tuvo seis años, la familia se trasladó a Buenos Aires. Vivían detrás de la farmacia y cuenta Estela Passaponti, la hermana de Darwin, que cursó la primaria en Belgrano y la secundaria en Urquiza, en el Mariano Acosta. Cuando llegó a cuarto año, le dijo al padre que quería ingresar a la escuela naval por lo que se preparaba en la Academia Ferro en donde conoció a su novia.

Era un joven inquieto, ávido lector, según su hermana, “introspectivo, no era de muchas palabras”. Tenía una vida militante, apasionada. Darwin era delegado de la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios y ya, a los 16 años, habían publicado alguno de sus poemas en el periódico “Amanecer”. 

Tenía simpatía por Perón, quien desde la secretaría de trabajo y previsión del gobierno militar  había tomado una serie de medidas en favor de los trabajadores. Presionado por la avanzada de la oposición el Presidente Farrell decidió encarar una reforma de su gabinete y apresar a Perón. 
Al ir a cobrar la quincena, los obreros se encontraron con que el salario del feriado 12 de octubre no se pagaba, a pesar del decreto firmado días antes por Perón. Panaderos y textiles fueron los más afectados por la reacción patronal. -¡Vayan a reclamarle a Perón!- era la sarcástica respuesta. [1]
Los gremios convocaron a una huelga general para el 18 de Octubre. Pero el 17 de Octubre una  multitud de trabajadores  se adelantó, llegando desde las periferias hacia el centro neurálgico del poder porteño y se manifestó en la plaza de mayo, en favor de la liberación del teniente coronel, al grito de "Liberen a Perón". La masa trabajadora, salía del obsceno oscurantismo de las bambalinas patronales para transformarse, por  primera vez,  en protagonista,  marchando a viva voz por sus derechos.  Un nuevo actor ingresaba, de manera proverbial, al escenario político argentino
Corría el mes de octubre de 1945. El sol caía a plomo sobre la Plaza de Mayo, cuando inesperadamente enormes columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente desde sus fábricas y talleres. (…) Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de resto de brea, de grasas y de aceites. Llegaban cantando y vociferando unidos en una sola fe (…) Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad (…) Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto (…) Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la brisa fresca del río. Lo que yo había soñado e intuido durante muchos años, estaba allí, presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creí verlo. [2]
Aquel día 17 de Octubre Darwin se encontraba al frente de la columna de la agrupación a la que pertenecía, marchando feliz hacia Plaza de Mayo. Allí vio aparecer a Perón emocionado y escuchó su discurso:
Esto es pueblo. Esto es el pueblo sufriente que representa el dolor de la tierra madre, que hemos de reivindicar.(...) Esta verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha, ahora también, para pedir a sus funcionarios que cumplan con su deber para llegar al derecho del verdadero pueblo.(...) interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Nación.[3]
Terminado el acto, se retiraron. La columna de Passaponti marchó hacia el edificio del diario Crítica, en Avenida de Mayo 1.333. El diario fundado por el uruguayo Natalio Botana, padre del sensacionalismo y amarillismo periodístico argentino, en su edición del 16 de octubre, había difamado a Perón tachándolo de “mito fascista” y había publicado en su tapa, una fotografía de cinco personas que cruzaban la avenida 9 de Julio junto al título “Estas son las huestes del coronel Perón”. Los muchachos atacaron los vidrios de Crítica. Era la una de la mañana y los estaban esperando armados. Desde la terraza comenzó la balacera. 

Darwin Passaponti recibió un tiro en la cabeza y quedó tendido en la calle, de cara a las estrellas. Fue llevado hasta el Hospital Durand, junto con otros heridos, pero ya era  demasiado tarde.  

Poco tiempo antes, Darwin había escrito, más que un poema, un presagio en verso que uniría para siempre, en una coherencia trágica, su destino al del yo lírico:
Quise cruzar la vida
con la luz del rayo
que el espacio alumbra,
seguro de no vivir más que un instante,
seguro de no morir debilitado.
Así como el rayo,
corto, breve y soberano. 

Darwin Passaponti  

[1] Félix Luna, El 45.
[2] Raúl Scalabrini Ortiz, Tierra sin nada, tierra de profetas, Buenos Aires, Plus Ultra, 1973, pág. 55.
[3] Juan Domingo Perón, Discurso del 17 de Octubre de 1945.

Darwin Passaponti | Primer mártir peronista y poeta trunco Darwin Passaponti | Primer mártir peronista y poeta trunco Reviewed by Puro Verso on 11/17/2020 Rating: 5

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